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TESLA BREAKDOWN / ALEX MARIN

¿Y SI EL TESLA QUE COMPRASTE TAMBIÉN ERA HUMO?

“Lo vi venir. No fue intuición mágica, fue pura observación”. Porque cuando inviertes en algo pones tu dinero y pones tu fe que tendrás beneficios. Y durante años, creí en Tesla. Creí en su promesa, en su visión de futuro, en su aire de revolución silenciosa que parecía cambiar el mundo una batería a la vez. Pero algo se fue quebrando. Primero fueron pequeños detalles, señales sutiles. Luego vinieron los titulares. Y finalmente, las decisiones. Hoy, Tesla ya no representa lo que representaba. Y no es por sus coches. Es por su líder

Tesla se convirtió en un fenómeno global por su tecnología y lo hizo porque Elon Musk supo encarnar una narrativa. La del emprendedor visionario, el rebelde con causa, el genio que se atrevía a pensar lo impensable. Esa figura atrajo inversiones, seguidores y consumidores. Durante más de una década, Musk y Tesla fueron sinónimos. Uno era la marca. El otro, su mensajero

Pero esa simbiosis tan poderosa se convirtió también en su mayor fragilidad. Porque una marca personal puede levantar imperios, pero también puede llevarlos al borde del colapso si pierde su coherencia

En 2025, esa fragilidad explotó. Elon Musk aceptó un cargo dentro del gabinete de Donald Trump como jefe del Departamento de Eficiencia Gubernamental. Para algunos fue una jugada brillante. Para otros, un giro ideológico inexplicable. Lo cierto es que ese movimiento político sacudió los cimientos emocionales de millones de personas que habían proyectado en Tesla algo más que movilidad eléctrica. Habían visto un símbolo de progreso, de conciencia ambiental, de futuro sostenible. Y de repente, el símbolo empezó a hablar con la voz de alguien que no representaba esos valores

Las consecuencias no tardaron en llegar. En Estados Unidos, movimientos como el “Tesla Takedown” convocaron protestas en más de cien concesionarios. En redes sociales, miles de usuarios viralizaron la tendencia de sustituir el logo de Tesla por el de Toyota como forma de protesta. En Europa, las ventas cayeron un 45% en enero. En Alemania, un desplome del 62%. En Francia, del 41%. En España, del 25%. Las acciones de Tesla perdieron más del 8% de su valor en menos de un mes. El sueño empezó a resquebrajarse

Muchas veces hablamos de identidad, pero pocos entienden qué significa realmente en el mundo del branding… y aún menos en tu marca personal.

La identidad es lo que la gente siente cuando te ve, te escucha o habla de ti. Es tu tono, tus gestos, tus decisiones

Cuando una marca se construye en torno a una figura carismática, esa figura se convierte en el reflejo directo de la empresa. Lo que hace, lo que dice, cómo actúa… todo repercute. Elon Musk, por ejemplo, se volvió más provocador, más ideológico, más impredecible. Y eso, en el mundo del branding, es dinamita

Tesla ha dejado de impresionar como antes. Lo veo en España, donde hace unos años tener un Tesla era un acto de diferenciación, casi espiritual. Hoy, se ha convertido en un objeto de consumo aspiracional que muchos relacionan con el postureo. Lo que antes era futuro, hoy se percibe como lujo sin alma. Un capricho de unos pocos. Un coche de pijos, como se comenta en ciertos círculos. La percepción ha cambiado. Y con ella, el posicionamiento

Las dudas también crecen en torno a la sostenibilidad real de sus vehículos. Se habla de fallas eléctricas, de autonomía inflada, de explotación de litio y de la huella energética de su cadena de producción. Todo eso alimenta la sensación de que la promesa de Tesla ha perdido parte de su esencia. Y cuando una marca pierde su alma, deja de inspirar

¿Y qué pasa cuando una marca deja de inspirar? Pasa lo que estamos viendo, artistas como Sheryl Crow vendiendo públicamente su Tesla en protesta. Consumidores que retiran sus inversiones. Propietarios que colocan adhesivos irónicos en sus coches criticando a Musk. El desencanto no es anecdótico. Es masivo. Es emocional. Y eso es lo que más duele a una marca: que te dejen de sentir.

Y qué puedo yo añadir a esta situación

El caso Tesla es una lección poderosa para cualquier marca que quiera jugar en el terreno del propósito. Porque cuando construyes sobre valores, debes ser coherente hasta la última decisión. Y eso incluye lo que hacen tus líderes

Elon Musk sigue siendo brillante. Tesla sigue fabricando coches que muchos consideran extraordinarios. Pero el alma de una marca no se mide por la potencia de sus motores. Se mide por la coherencia entre lo que dice, lo que hace y lo que representa

Tesla ha perdido esa coherencia. Al menos temporalmente. Y mientras no la recupere, su conexión con el consumidor se irá debilitando. Porque las marcas no sobreviven a base de funcionalidades. Sobreviven cuando generan confianza, inspiración y conexión. Lo demás es tecnología sin emoción

MI PREDICCIÓN

¿Qué puede pasar con Tesla a partir de aquí? Hay varios caminos posibles

Puede ser que la marca recupere su rumbo si decide desvincular su comunicación de la figura de Musk, devolviendo el protagonismo a sus productos y a sus logros técnicos. También podría redirigir su discurso hacia una narrativa más colectiva, menos centrada en su CEO y más alineada con los valores universales de sostenibilidad y progreso

Sin embargo, si la empresa continúa aferrada a la figura de Musk como emblema y portavoz, corre el riesgo de profundizar su polarización. Y cuando una marca se convierte en un campo de batalla ideológico, pierde su universalidad. Pierde su capacidad de conectar más allá de banderas o partidos

Desde Indigo Koncept creemos que este caso debe servir como recordatorio, el branding es una promesa que se honra cada día. Y esa promesa se construye con coherencia, con empatía, con alma.

Porque una marca con propósito puede cambiar el mundo. Pero solo si el mundo siente que esa marca también quiere cambiar de verdad.

¿Quieres revisar el propósito de tu marca antes de que otros lo cuestionen por ti?

Estamos listos para ayudarte.

Un programa para empresas que quieren conectar con su esencia, diferenciarse de verdad y construir un legado que inspire.
Creamos identidades. Creamos movimientos. Si sientes que tu marca merece algo más, hablemos en el siguiente link:
HABLEMOS
Marcas con propósito. Como debe ser.

Sobre el autor

Alex Marín es escritor, speaker y estratega con más de 20 años de experiencia en el mundo corporativo y del branding. Ha trabajado en corporaciones como Nokia y liderado proyectos destacados para marcas como El Calvo España, Deoleo y Luengo. Actualmente, desde Indigo Koncept, impulsa a empresas a conectar con su propósito y a transformarse en referentes de sus industrias.

Comments:

    • Daniel Martin

      Thank you so much for your comment and for being an active part of our community! We greatly value your engagement on our blog.

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  • TommyUnale

    hi

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    • Daniel Martin

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