Por Alex Marín | Branding con propósito
Recientemente, un video viral mostró a la primera dama de Francia, Brigitte Macron, aparentemente abofeteando al presidente Emmanuel Macron durante una visita oficial a Vietnam. El incidente, captado por cámaras de prensa, generó una avalancha de memes y comentarios en redes sociales, muchos de ellos en tono humorístico o trivial. Sin embargo, este episodio plantea una cuestión inquietante: ¿cómo habría reaccionado la sociedad si los roles se hubieran invertido y hubiera sido Emmanuel quien abofeteaba a Brigitte?New York Post+5ElHuffPost+5Cadena SER+5The Independent
La reacción mediática y social
La escena fue ampliamente difundida en plataformas como X (anteriormente Twitter) e Instagram, donde usuarios compartieron memes y bromas sobre el incidente. Algunos comentarios destacaban la supuesta dominancia de Brigitte sobre Emmanuel, mientras que otros se centran en la diferencia de edad entre la pareja. La mayoría de las reacciones, sin embargo, restaron importancia al acto en sí, considerándolo una muestra de complicidad o una broma entre cónyuges
La oficina presidencial francesa inicialmente desestimó el video como una posible manipulación, pero posteriormente reconoció su autenticidad, calificándolo como un “momento de cercanía” entre la pareja. ElHuffPost
La doble moral en la percepción de la violencia
Este incidente pone de relieve una doble moral en la percepción de la violencia basada en el género del agresor. Si hubiera sido Emmanuel Macron quien abofeteaba a su esposa en público, es probable que la reacción mediática y social hubiera sido de condena inmediata, tildándolo de agresor y exigiendo su dimisión. Este contraste revela cómo la violencia ejercida por mujeres hacia hombres a menudo se minimiza o trivializa, mientras que la violencia masculina es, con razón, objeto de repudio.
Casos similares y la presunción de inocencia
En España, la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género ha sido fundamental para proteger a las mujeres víctimas de violencia. Sin embargo, también se han registrado casos en los que hombres han sido falsamente acusados, enfrentando consecuencias devastadoras antes de que se demostrara su inocencia. Según datos de la Fiscalía General del Estado, entre 2009 y 2016 se presentaron más de un millón de denuncias por violencia de género, de las cuales solo 79 resultaron ser falsas, lo que representa un 0,0075%.
Aunque este porcentaje es bajo, no impide que existan casos en los que hombres inocentes sufran las consecuencias de denuncias infundadas, lo que pone de manifiesto la necesidad de garantizar la presunción de inocencia y evitar juicios mediáticos prematuros.
La necesidad de una igualdad real
La lucha por la igualdad de género ha logrado avances significativos en las últimas décadas. Sin embargo, para que esta igualdad sea real, debe aplicarse en todos los ámbitos, incluyendo la percepción y el tratamiento de la violencia. No se puede justificar ni minimizar la violencia ejercida por mujeres hacia hombres, al igual que no se tolera la violencia de hombres hacia mujeres
La bofetada de Brigitte Macron a su esposo debería ser una oportunidad para reflexionar sobre nuestras propias percepciones y prejuicios. La igualdad de género implica reconocer y condenar la violencia, independientemente del género del agresor. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad verdaderamente equitativa y justa para todos.
Nota: Este artículo busca fomentar una reflexión crítica sobre la igualdad de género y la percepción de la violencia en la sociedad, sin justificar ni minimizar ningún tipo de agresión.