Hace unos días leí un titular que me sacudió, “Young activists who toppled Nepal’s government now picking new leaders”. Me detuve. Lo que está pasando en Nepal parece salido de una serie de ficción, pero está ocurriendo ahora. Una generación a la que muchos daban por perdida tomó el liderazgo. Jóvenes que no se conformaron con ver memes y bailes en TikTok, usaron estas redes para algo mucho más grande: coordinarse, denunciar y organizar una revolución digital.
En Nepal, el hartazgo estalló cuando el gobierno intentó censurar redes sociales como Instagram, YouTube y TikTok. En lugar de callar, los jóvenes usaron Discord para debatir, votar, organizarse y crear una narrativa viral que conectó con miles de personas. La protesta escaló rápido, con estética, ritmo y estrategia. Una nueva forma de marketing político emergió, hecha por creadores, no por partidos.
Origen de la revuelta
Todo comenzó cuando el gobierno de Nepal impuso una prohibición drástica sobre 26 plataformas de redes sociales Facebook, Instagram, WhatsApp, X… la lista fue larga. Los jóvenes, parte de la llamada Generación Z, sintieron que les cortaban la voz. La censura, era una forma de controlar lo que podían decir, compartir, generar.
Frente a ese bloqueo, apareció Discord como espacio de debate, de diálogo digital, de construcción colectiva. Miles de usuarios usaron servidores de Discord y canales de Instagram para organizarse, debatir, hacer encuestas, elegir líderes temporales.
La movilización creció rápido. Manifestaciones en Katmandú y otras ciudades, enfrentamientos con la policía, curfews, heridos, al menos 19 muertos. El ambiente estaba cargado de ira por la corrupción, desigualdad económica, una sensación de que los viejos líderes ya no representaban a quienes crecieron conectados al mundo digital.
Pero ocurrió algo histórico: el Primer Ministro K.P. Sharma Oli presentó su renuncia. Se formó un gobierno interino, con Sushila Karki nombrada primera ministra interina, elegida a través de discusiones virtuales de Gen Z usando Discord.
¿Qué pasa hoy?
Hoy Nepal vive días de reconstrucción política y social. Los jóvenes siguen activos, con una expectativa alta, que este cambio no se quede en promesas. Se vigila el respeto al estado de derecho, la transparencia, los puestos de poder más accesibles a la juventud.
Las plataformas silenciadas vuelven a operar, la conversación social renace, las generaciones mayores ven con asombro que sus hijos, hermanos, sobrinos han tejido una estructura digital y física para exigir dignidad. TikTok no fue bloqueado en algunos casos porque cumplió regulaciones, lo que le dio ventaja como espacio de expresión.
La Generación Z y el nuevo poder digital
Lo que está ocurriendo en Nepal es parte de un fenómeno global que tiene como protagonista a la Generación Z: jóvenes que crecieron conectados y ahora están usando esas plataformas para provocar cambios reales.
En esta revuelta, TikTok se convirtió en altavoz y Discord en centro de operaciones. Para quienes no lo conocen aún, Discord es una plataforma que permite crear comunidades organizadas por canales, donde se puede conversar por texto, voz o video, compartir documentos, tomar decisiones rápidas y coordinar acciones en tiempo real. Aunque nació en el mundo gamer, hoy se ha transformado en un espacio clave para el activismo juvenil.
Mientras los gobiernos tradicionales intentan controlar el discurso con comunicados oficiales y conferencias, esta generación construye su narrativa desde memes, videos virales y tendencias. En pocas horas, una idea que nace en un canal privado puede viralizarse en TikTok o X (antes Twitter), generando movimientos masivos.
Y no lo hacen improvisando. Cuidan su imagen, definen mensajes con claridad y manejan la estética visual como verdaderos creativos. Lo que para otros parece desorden, para ellos es coordinación invisible, estrategia distribuida y acción descentralizada. Una nueva forma de resistencia ha nacido, y tiene nombre, rostro, y conexión permanente